Hoy es el penúltimo capítulo de la primera etapa de Casi Ángeles, que transita una temporada distinta. En las tres anteriores, la unión fue uno de los puntales de la historia: como si estuvieran motivados por el lema “juntos somos más”, iban los TeenAngels, intentando cambiar el mundo.
Pero este año la historia cambió, y un muro, y el macabro accionar de una Jefa de Ministros, deshizo la sólida unión de los amigos, para darle vida a una guerra de dos mundos con todos las letras.
Es que no hace falta ser un acérrimo seguidor de la tira para poder discernir entre los integrantes de La resistencia y los del NE, los que luchan por la verdad y los que viven envueltos en la mentira.
La estética, la dirección de arte, los modismos y clichés consolidan dos bandos; estamentos opuestos entre los que no existen los grises: es blanco o negro.
Los que resisten, y viven escondidos en una guarida selvática, mantienen los valores de humildad, se visten con indumentaria rústica y colores estridentes, entablan un mínimo contacto con la tecnología, se alimentan con los frutos de la tierra, escuchan clásicos musicales y tienen la firme convicción de derrotar al enemigo, sin apelar a la violencia.
Los otros, en tanto, viven con abundancia y comodidades, se visten impecablemente de blanco, negro y gris, nadan en la superficialidad, escuchan música electrónica y se comunican vía netbook; comen alimentos bajas calorías y no tienen ideales. Nobleza obliga decir que viven engañados: son ellos y fueron separados de los otros.
Así, de la manera más explícita del mundo y hasta en el mínimo detalle, Cris Morena le cuenta a su público quiénes somos nosotros y quiénes son ellos, qué es lo bueno y qué es lo malo, por qué debemos luchar y por qué no.
Fuente:television.com.ar
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